A Cesar lo que es de Cesar… y a Isabel lo que es de Isabel

Mi tweet de la semana pasada dando la enhorabuena a nuestra Nueva Ministra ha provocado algunas reacciones en la blogosfera. Uno me ha llamado “pelota”; otro me ha dicho “¡Quien te ha visto y quién te ve!”; ¡un tercero me ha directamente pedido mi número de carné del PP!

Esto me da píe a dos reflexiones, uno sobre el corto plazo y otra más general.

Queda un año de legislatura, dentro del cual tendremos dos campa=electorales, la europea y la nacional. Es evidente que las grandes iniciativas políticas de este mandato ya están adoptadas. Algunas de ellas han sido de gran calado, como la ley de integración cooperativa, la de la cadena alimentaria o los planes de cuenca. La negociación de la reforma de a PAC post 2014 ha culminado con un resultado que corresponde mucho con los objetivos que se habían fijado en el Ministerio.

Yo no sé si nuestra Ministra actual es la mejor Ministra posible en los bancos del partido en el gobierno. Felizmente, para mí y seguramente para el país, no me toca a mí decidir sobre tan candente tema. Lo que sí creo es que lo sensato era seguir con el mismo equipo hasta el final, asegurando no solo continuidad sino el desarrollo de los importantes flecos que quedan de la reforma (nada menos que su transposición nacional); la puesta en marcha de las nuevas leyes; la elaboración de los 18 planes de desarrollo rural… El nombramiento de Isabel García Tejerina, y los posteriores nombramientos que se han hecho en el Ministerio, van exactamente en esta línea. A mi juicio, esto merece un “Enhorabuena”, no solo para los nombrados, sino para todos los que vivimos el campo español con pasión.

La otra reflexión es más general, y más dolorosa. El debate político es muy difícil en nuestro país. Muchas tertulias llamadas “políticas” son versiones mal adaptadas de un “Sálvame” cualquiera. Son pocos los que escuchan y menos los que intentan comprender lo que dice, y quiere decir, el otro. Entre nuestra todavía escasa tradición y cultura democrática, y las técnicas americanas que nos enseñan “profesionales” de la (in)comunicación para desestabilizar a los “contrincantes”, vamos mal.

El partido en la oposición, el de ahora y el de antes, tiene difícil aceptar que el gobierno pueda a veces acertar o que tiene un margen de maniobra reducido. Las hemerotecas suelen ser crueles con los que decían “Digo” en la oposición y hacen “Diego” en el gobierno… y vice-versa. Luego nos extrañamos que muchos electores se queden en casa y/o se indignen.

Lo razonable para mí es dar a Cesar lo que es de Cesar y reconocer la  labor desarrollada en esta legislatura y los avances que se han realizados. Únicamente hablo de la parte de la cartera en la que las canas me han dado cierta capacidad de discernimiento, es decir la de agricultura y alimentación. Sobre pesca tengo que confesar mi ignorancia y sobre medioambiente mi carácter de aficionado aunque me guste poco lo que he leído sobre, por ejemplo, la ley de costas.

Un enfoque ponderado daría, de nuevo a mi juicio, más peso a las legítimas críticas que luego se puedan realizar, por ejemplo en la manera en que se está transcribiendo la reforma de la PAC en España, esto sí completamente en línea con el programa electoral refrendado mayoritariamente en las urnas y las oportunidades que se están perdiendo para preparar el agro español a la PAC post 2020.
Pero como me dijeron para intentar callarme la boca en una discusión que tuve hace poco en Madrid, debo ser hoy un extraterrestre que ha vivido demasiado tiempo alejado del suelo patrio.